El Evangelio Eterno

Jesucristo es el evangelio de Dios. Él conquistó la muerte y todo mal con su gran amor demostrado en la cruz. Todo el que cree en él para salvación recibe gratuitamente los logros de su gran victoria sobre el pecado y la muerte. Pasamos eternamente de muerte a vida. ¡Alabado y glorificado sea el nombre del Señor Jesús!

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jueves, junio 15, 2006

El apóstol Pablo y los evangelios

El apóstol Pablo desarrolló su teología de la salvación en base a los evangelios. Su enseñanza que la salvación es don de Dios recibido “aparte de la ley” es uno de los grandes pilares de su doctrina. Sin embargo, esta doctrina no fue su propia interpretación de la obra de Cristo. Toda esta enseñanza ya estaba escrita en los evangelios.

Romanos 3:21-23 en Mateo 14

En Romanos 3:21-23 el apóstol Pablo declara:

Ahora bien, sabemos que cuanto dice la Ley, lo dice a los que están bajo la Ley,
para que toda boca se calle y todo el mundo sea hecho responsable ante
Dios. (20) Porque por las obras de la Ley ningún ser humano será
justificado delante de El; pues por medio de la Ley viene el conocimiento del
pecado. (21) Pero ahora, aparte de la Ley, la justicia de Dios ha
sido manifestada, confirmada por la Ley y los Profetas. (22) Esta
justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo es para todos los que creen.
Porque no hay distinción, (23) por cuanto todos pecaron y no
alcanzan la gloria de Dios. (24) Todos son justificados
gratuitamente por Su gracia por medio de la redención que es en Cristo
Jesús, (25) a quien Dios exhibió públicamente como propiciación por
Su sangre a través de la fe, como demostración de Su justicia, porque en Su
tolerancia, Dios pasó por alto los pecados cometidos anteriormente,
(26) para demostrar en este tiempo Su justicia, a fin de que El sea justo
y sea el que justifica al que tiene fe en Jesús (Romanos 3:19-26).

El versículo clave de este pasaje es el v. 21: “Pero ahora, aparte de la Ley, la justicia de Dios ha sido manifestada, confirmada por la Ley y los Profetas”. El apóstol declara el fin de la ley como promesa humana para hacer la paz con Dios. Ese era el pacto antiguo, la promesa antigua, por juramento de los padres de Israel. Ahora hay una nueva promesa hecha por Jesucristo ante Dios. Esa promesa es de hacer justicia en Jesucristo el Justo. Esa justicia sería la justicia de Dios y no de los hombres. Esa misma justicia es propiedad de todos “por medio de la fe en Jesucristo” “para todos los que creen”.

De todo el pasaje, resalta la frase “aparte de la Ley” (v. 21). Es una propuesta radical, una verdad estremecedora. Una persona podrá ser justa “aparte de la ley”, ¡enteramente por medio de la fe!

“Aparte de la ley” y “la justicia de Dios” en Mateo 14

Mateo 14 está dividido en 4 perícopas o narraciones:

La muerte de Juan el Bautista (vs. 1-12).
La alimentación de los 5,000 (vs. 13-21).
Jesús calma una tormenta (vs. 22-33).
La sanidad de los enfermos (vs. 34-36).

“Aparte de la ley” y el significado de la muerte de Juan el Bautista

Ya en Mateo 11:13 Jesús había enseñado que “todos los profetas y la ley hasta Juan profetizaron”. Lucas 16:16 registra la misma enseñanza. “La ley y los profetas hasta Juan; desde entonces el Reino de Dios es anunciado, y quienquiera se esfuerza a entrar en él.”

En otras palabras, la ley de Moisés dejó de ser proclamada con la muerte de Juan el Bautista. Después de su muerte hubo otro pregón, otro anuncio: el anuncio del Reino de Dios en los labios de su rey, Jesús de Nazareth, hijo del hombre, Hijo de Dios.

La ley de Moisés no introdujo el Reino de Dios. La ley de Moisés no fue contemporánea con el Reino de Dios. El Reino de Dios trajo su propia ley, su propio dador de ley, y su propio Rey.

Juan el Bautista fue el último representante y vocero de la ley de Moisés. Cuando su voz dejó de proclamar la ley, Cristo comenzó a proclamar el Reino de Dios.

La verdadera proclamación del Reino de Dios se pregona sin la ley de Moisés.