El Evangelio Eterno

Jesucristo es el evangelio de Dios. Él conquistó la muerte y todo mal con su gran amor demostrado en la cruz. Todo el que cree en él para salvación recibe gratuitamente los logros de su gran victoria sobre el pecado y la muerte. Pasamos eternamente de muerte a vida. ¡Alabado y glorificado sea el nombre del Señor Jesús!

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viernes, julio 07, 2006

El testimonio de Jesús y los apóstoles

En Juan 15:26,27 Jesús designó a los encargados de dar testimonio de él. Primeramente, estaría el Espíritu Santo, el Consolador, enviado por el Padre para dar testimonio del Hijo.

Los disípulos también darían testimonio de él. Puesto que ellos habían estado con Jesus desde el principio. Ellos habían sido testigos presenciales de su minsiterio, de sus enseñanzas, de sus sufrimientos, muerte y resurrección. Debido a que habían estado con Jesús "desde el principio" de su ministerio, ellos recibieron el "testimonio de Jesús" directamente de su presencia.

De hecho, Apocalipsis 19:10 vuelve a mencionar el lugar de los discípulos en el testimonio de Jesús. El ángel le dice a Juan que no lo adore porque tanto Juan, el ángel (enviado del Espíritu Santo), junto con los hermanos de Juan - los otros discípulos - han recibido "el testimonio de Jesús". El ángel le recuerda a Juan las palabras de Jesús, que el testimonio de Jesús es dado por el Espíritu Santo, el Espíritu de profecía.

En Apocalipsis 20:4 Juan revela que en el juicio milenario se sientan en los tronos diferentes categoría de personas salvas por la gracia de Dios. Entre ellos están "los degollados por el testimonio de Jesús". Esta frase habrá sido de gran consuelo a Juan y otros creyentes que presenciarían la muerte de los discípulos que dieron su vida por ciertamente dar testimonio de Cristo. Indudablemente el mismo Juan estaría en ese grupo.

Esa es otra razón por la que el "Espíritu de profecía" no se puede aplicar a la obra de ningún profeta, ni en los tiempos bíblicos ni el movimiento de 1844, ni en los tiempos modernos ni por venir. Está fuera de lugar decir que los santos en el juicio están allí porque fueron degollados como resultado de haber ¡creído en Elena White o en algún otro profeta. Ellos están allí porque dieron su vida por dar testimonio de Jesús, el Cordero de Dios, y ¡no porque dieron su vida por algún profeta!

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

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11:32 p. m.  

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