El Evangelio Eterno

Jesucristo es el evangelio de Dios. Él conquistó la muerte y todo mal con su gran amor demostrado en la cruz. Todo el que cree en él para salvación recibe gratuitamente los logros de su gran victoria sobre el pecado y la muerte. Pasamos eternamente de muerte a vida. ¡Alabado y glorificado sea el nombre del Señor Jesús!

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domingo, septiembre 24, 2006

Hebreos 1:8,9 "El Cántico del Novio"

προς δε τον υιον ο θρονος σου ο θεος εις τον αιωνα του αιωνος ραβδος ευθυτητος η ραβδος της βασιλειας σου

ηγαπησας δικαιοσυνην και εμισησας ανομιαν δια τουτο εχρισεν σε ο θεος ο θεος σου ελαιον αγαλλιασεως παρα τους μετοχους σου

Heb 1:8,9 Mas al hijo: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; Vara de equidad la vara de tu reino; (9) Has amado la justicia, y aborrecido la maldad; Por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo, Con óleo de alegría más que á tus compañeros.

Para demostrar el contraste entre los ángeles y Jesucristo el autor de Hebreos acude al Salmo 45 y cita estos dos versículos. Tal como aparecen aquí en Hebreos 1:8, estos versículos se refieren a la relación entre el Padre y el Hijo, una relación tan estrecha que en estos versículos, el autor da a entender que el Padre llama al Hijo “Dios”, consignándole su trono. También lo confirma como el ungido de Dios, por haber “amado la justicia y aborrecido la maldad”, aludiendo a la obra redentora de Cristo.

El hecho que el autor de Hebreos acuda al Salmo 45 para testificar de la divinidad de Cristo, nos abre una ventana a su manera de interpretar las escrituras a la luz de Cristo. Esta misma ventana abierta también arroja luz sobre la divinidad de Cristo.

El Salmo 45 es un canto de amor, y según los rabinos, se usaba en las bodas nupciales. En este salmo el salmista exalta las virtudes del novio, del Dios del novio, y luego alaba las virtudes de la novia.

Para entender mejor el uso de este salmo en Hebreos, estudiemos el salmo más cuidadosamente.

En el versículo 1, el salmista expresa su profundo sentimiento de emoción al escribir sus versos:

Rebosa en mi corazón un tema bueno; al rey dirijo mis versos; mi lengua es como pluma de escribiente muy ligero.

En los versículos 2-5 el salmista exalta la belleza, valentía, espiritualidad y moral del novio.

(2) Eres el más hermoso de los hijos de los hombres; La gracia se derrama en Tus labios; Por tanto, Dios Te ha bendecido para siempre. (3) Prepara Tu espada sobre el muslo, oh valiente, En Tu esplendor y Tu majestad. (4) En Tu majestad cabalga en triunfo, Por la causa de la verdad, de la humildad y de la justicia; Que Tu diestra Te enseñe cosas tremendas. (5) Tus flechas son agudas; Los pueblos caen debajo de Ti; En el corazón de los enemigos del rey están Tus flechas.

En el versículo 6, el salmista dirige su verso a persona. Este versículo, en vez de referirse al novio, se refiere al Dios del novio, y a la grandeza moral del Dios del novio. Ese Dios es eterno y justo.

Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre; Cetro de equidad es el cetro de Tu reino.

En el versículo 7, el salmista nuevamente exalta al novio porque tal cual como su Dios, el novio ama lo que su Dios ama. Luego pasa a describir las consecuencias grandiosas para el novio por amar lo que su Dios ama.

Has amado la justicia y aborrecido la iniquidad; Por tanto Dios, Tu Dios, Te ha ungido con óleo de alegría más que a Tus compañeros.

En el versículo 8, el salmista describe las vestiduras nupciales del novio, y la adoración musical que recibe en los suntuosos palacios donde se realiza la boda.

Todas Tus vestiduras están perfumadas con mirra, áloe y casia; Desde palacios de marfil Te han alegrado con instrumentos de cuerda.

El versículo 9 es una transición en el cual el salmista pasa a describir la belleza y las virtudes de la novia, la reina. Sin embargo, es parte de la alabanza al novio. El salmista alaba al novio por la belleza de su novia, la reina, apresta en “oro de Ofir”, el oro más fino.

Hijas de reyes hay entre Tus damas nobles; A Tu diestra, en oro de Ofir, está la reina.

Los versículos restantes, del 10-17, describen la belleza de la novia y la exaltan porque al reinar radiante al lado del rey justo, será recordada eternamente por su pueblo.

Escucha, hija, presta atención e inclina tu oído; Olvídate de tu pueblo y de la casa de tu padre. (11) Entonces el Rey deseará tu hermosura; Inclínate ante El, porque El es tu señor. (12) Y la hija de Tiro vendrá con presentes; Los ricos del pueblo suplicarán tu favor. (13) Toda radiante está la hija del Rey dentro de su palacio; Recamado de oro está su vestido. (14) En vestido bordado será conducida al Rey; Las vírgenes, sus compañeras que la siguen, Serán llevadas a Ti. (15) Serán conducidas con alegría y regocijo; Entrarán al palacio del Rey. (16) En lugar de tus padres estarán tus hijos; Los harás príncipes en toda la tierra. (17) Haré que Tu nombre sea recordado por todas las generaciones; Por tanto, los pueblos Te darán gracias eternamente y para siempre.

De tal modo que en este salmo hay tres personajes a los que se refiere el salmista: el novio, el Dios del novio, y la novia.

Sin embargo, el autor de Hebreos, en Hebreos 1:8,9 unifica los personajes del novio y del Dios del novio en una sola persona, la persona de Jesucristo.

Mas al Hijo: Tu trono, oh DIOS; por el siglo del siglo; vara de equidad la vara de tu Reino; (9) amaste la justicia, y aborreciste la maldad; por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo, con óleo de alegría más que a tus compañeros.

El autor de Hebreos toma en serio lo que Jesús enseñó referente a los salmos, que se referían a él (Lucas 24:44). Por lo tanto, al leer el Salmo 45, el autor de Hebreos ya no lee solamente un salmo de amor. A la luz de Cristo, él puede ver una gloriosa referencia a la persona de Cristo, que ¡Jesús es al mismo tiempo el novio y el Dios del novio al cual se refería el salmista!

El autor de Hebreos, al unificar estos dos personajes en la persona de Cristo, le da otra dinámica al Salmo 45. Ya no es solamente una expresión de admiración del novio y del Dios del novio. Después de la obra redentora de Jesús en la cruz, para el autor de la epístola a los Hebreos, el salmo ahora es un cántico de alabanza entre Dios Padre y Dios Hijo Jesucristo.

El novio es ahora Jesucristo, cuyo Dios no solamente es Dios eterno, sino que un Dios que reconoce al novio también como Dios, ungido por el mismo Dios para reinar eternamente por amar la justicia y aborrecer la maldad como ser humano. Y aunque no es el tema del autor de Hebreos, la novia del Salmo 45 es la iglesia, la esposa de Jesucristo, ¡esposa de Dios! ¡Qué gran privilegio de los creyentes, estar esposados espiritualmente con Jesucristo Dios, a quien el mismo Dios Padre lo aclama como Dios!

Con gran razón que el autor de Hebreos exalta a Cristo por encima de cualquier otro ser al servicio de Dios, pues Jesús es Dios mismo al servicio de Dios y de toda la creación.